Falta o exceso de apetito es un síntoma de estas enfermedades, esto se verifica rápidamente por las alteraciones frecuentes del peso corporal, acompañado por trastornos en la alimentación: obesidad, desnutrición, anorexia, bulimia. Esto ocurre porque el estrés modifica algunos neurotransmisores en el cerebro y sobre todo en el centro del apetito y en los centros que tienen que ver con la sensación del placer, provocando una disminución de los mismos y por eso la persona se puede encontrar sin apetito, no le siente gusto a nada, sin placer oral o con excesiva ansiedad por comer algo rico pero nada satisface su sensación.
El estrés aumenta la secreción de ácido clorhídrico y a partir del estómago en adelante la digestión es irregular, provocando vómitos, nauseas, dolores, malestares, cefaleas y hasta diarreas o sangrado en el tubo digestivo. Y consecuentemente un estado anémico que acarrea más estrés y mayor malestar.
Y recuerda, que el buscar ayuda para el estrés, la ansiedad o la depresión no es una señal de debilidad, es una señal de fortaleza. Estos problemas no son diferentes a tener presión alta o diabetes. Independientemente de lo que los cause, hay alteraciones químicas en el cuerpo. Por eso existen profesionales que estudian e incluso se especializan en esta área y están listos para ayudarte. No sufras en silencio. Si necesitas ayuda, Te la mereces.
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